viernes, 12 de septiembre de 2008

Según Caparrós, alguien que quiere plantarse como un intelectual de izquierda, la izquierda cree ser esto:

  • los que eligen creer que no tiene que haber ricos y pobres
  • que todas las personas deben tener las mismas posibilidades de alojarse, curarse, aprender, trabajar, desarrollarse, y que el Estado sirve para garantizarlo
  • que debe haber formas reales de participación de los ciudadanos en las decisiones políticas y en el control del gobierno
  • que la justicia debe hacer justicia
  • que ninguna institución religiosa o militar o económica puede imponer sus normas a los ciudadanos
  • que el nacimiento, el género, las preferencias sexuales no deben definir el tratamiento que cada cual recibe de los otros
  • que las personas son más importantes que las patrias

Bueno, creo que eso es algo que todos creemos, o deseamos sobre el estado. Quién quiere que a alguien lo discriminen en un hospital, o que le griten negro puto en la calle. Es decir, si por oposición la derecha no es todo eso, el mundo está tan jodido.
Sin embargo, si algo hay que endilgarle a la izquierda es su escasa capacidad programática para definir el qué es por sobre el qué hago; no es clara. Entonces, la izquierda se define por no ser derecha y la derecha se define por amistad a las corporaciones y al mundo empesario.

Pero, en un juego de oposiciones en el que vivimos todos confundidos, cuando la derecha se acerca a la izquierda, la izquierda pierde sentido, pero así también la derecha, porque pasa a ser izquierda, o sea, su oposición. Es y no es al mismo tiempo.

Qué quilombo.