Como dice la frase, el lobo ataca con los dientes, el toro con los cuernos. En el fútbol local se ataca con lo que se tiene y se defiende como se puede.
En esta línea, soy un férreo convencido que los goles estaban mejor encarcelados que liberados. Los goles libres invirtieron roles y ahora ellos son los torturadores que nos obligan a ver los partidos del torneo local enteros.
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