domingo, 13 de diciembre de 2009

En Pomar

Cuando me enteré que los Pomar habían muerto dije: "qué suerte, murió un hombre horrible, un padre golpeador, que abusaba de sus hijas, que era parte de una secta, que menospreciaba a su mujer, un mierda y, por suerte, tanto sus hijas como su mujer pudieron tener paz, finalmente".


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